CARTA A LOS DOCENTES

Estimado colega docente:

Le escribimos para agradecer. Agradecer su comprensión del momento que vive la humanidad, que atraviesa una pandemia trágica en diversos países, una tensa espera del acmé epidémico que llegará a nuestro país y la coexistencia del COVID con un serio brote de dengue, en un Tucumán que se prepara para lo peor. En este contexto sanitario las Universidades, y en particular las Facultades de Medicina, poseen un rol clave y estratégico tanto en la producción, como en la transferencia del conocimiento, el cual constituye hoy la herramienta más poderosa con la que el mundo enfrenta la crisis global.

En ese duro marco, la Educación Superior, por su naturaleza intrínsecamente social, sufre el impacto de las diversas medidas adoptadas, sobre todo del necesario distanciamiento social, que conlleva a que el daño en las carreras universitarias pueda ser considerable. Por su parte en la Educación Médica actual, orientada tanto al desarrollo de un pensamiento crítico, como al logro de las actitudes, habilidades y destrezas específicas para el ejercicio de la medicina, ellas sólo se perfeccionan mediante una fuerte interacción con personas en entornos biológicamente inestables; aquí, el daño puede llegar a ser mayor; precisamente por eso: estamos obligados a una fuerte interacción humana, en contextos fuertemente inseguros desde lo biológico. Es por ello estimado colega, que sus esfuerzos, que nuestros esfuerzos, solo podrán mitigar un daño académico que ya se abate sobre nuestros estudiantes.  

Esta Facultad de Medicina como institución académico-científica, analiza día a día las amenazas y daños que se abaten en la sociedad tucumana, del mismo modo que los riesgos y exigencias que se ciernen sobre la formación de nuestros alumnos de grado y postgrado.

Sobre el primer punto, coopera con la autoridad sanitaria mediante aconsejamientos científico-técnicos, el desarrollo de proyectos de investigación, la instauración de programas de voluntariados, la cesión de recursos físicos, etc., honrando así su responsabilidad social universitaria. Asimismo, y con clara consciencia de lo que acontece en lo académico, transita momentos que pretenden ser de educación online, pero quizás debamos considerarlos como “educación remota de emergencia”, dado que ha sido puesto en marcha de manera abrupta, con pocas semanas de tiempo para preparar a la institución y sus docentes. Más queremos conservar una mirada prospectiva y esperanzada: sabemos que en la educación médica pospandemia habrá una nueva normalidad, la que tal vez no sea tan distinta a la que conocemos, ya que aprender es y será, por décadas, un hecho en esencia social, ya que aprendemos de quién tenemos al lado.

Es así que a nuestra comunidad educativa que comprende esta situación, que más allá de los riesgos biológicos incrementales que corre y que, aun así, con los límites que impone el Convenio Colectivo de Trabajo vigente; con plena libertad de ser y hacer acrecienta su compromiso con la sociedad y con sus educandos. Es por esto que queremos, que debemos, terminar esta carta, agradeciendo nuevamente su compromiso y entrega; y seguir invitándolo a pensar juntos: qué hacemos con el año académico 2020 el cual, Dios mediante y contando con su libertad de decidir y nuestra responsabilidad de hacer, comenzaremos formalmente el próximo once de mayo.

Reciba un cálido saludo.

Prof. Liliana Tefaha - Prof. Mateo Martínez